miércoles, 23 de marzo de 2011

El signo de Aries

Siendo quien les habla justamente libra, el signo opuesto a Aries, resulta desafiante y ardua la tarea de expresarme objetiva y neutralmente.
Hablando coloquialmente, son signos enfrentados y no por ello no complementarios. Kármicos.
Todo aquello que derrocha la esencia libriana será el indefectible faltante de la naturaleza marciana. Por ejemplo el eterno vacilar...
Aries, primer signo de la rueda zodiacal, tiene la energía de todo comienzo. Vale decir, inicial. La meta a alcanzar será la de sostener esa fuerza en el tiempo.
Se lo suele figurar como una flecha de fuego que sale despedida del océano. Pero es tal el impulso, muchas veces desmedido, que probablemente la energía escasee a mediano plazo, y sea más que dificultoso persistir, continuar.
Espléndidos pioneros. No dependen nunca de la aprobación social, por ello justamente son precursores, emprendedores, dinámicos, de iniciativa.
Combativos con o sin razón.
Independientes. Quizás tanto, que suelen ser más que ajenos a sus pares.
Lo que el otro transita corresponde desde su juicio a un trayecto pura y exclusivamente personal que deberán trascender del mismo modo.
O sea, es raro que se involucren en el inconveniente o en el pesar del otro. Sí contarán por supuesto con sus opiniones entusiastas y estimulantes.
Activos, audaces. Son de reacción rápida, confían en su fuerza y no piensan en los obstáculos, son luchadores, emotivos. De sentimientos extremos: odian o aman con intensidad.
Dueños de una gran autovaloración y autodisciplina. Difícilmente mantengan un trabajo lento o rutinario por la constante necesidad de desafío.
Se muestran "descomplicados" cuando tal vez sean los que más se complican.
Difícil que coincidan con el parecer ajeno. Pueden llegar a reiterar la misma observación utilizando sinónimos que expresen lo mismo sin reconocerlo.
Ese mismo impulso enérgico y de cambio rara vez será constante y reflexivo. Y sí imprudente, o bien ciego.
Existe, como vengo diciendo, demasiada autovaloración del yo, y escaso registro del otro. Con lo cual difícil que acaten ordenes o consejos. El riesgo es grande cuando la lupa es pequeña. Pueden estar percibiendo todo lo contrario a la realidad, y arremeter contra cualquier obstáculo a pesar de las evidentes señales.
El elemento es desde ya el fuego, que mediará con la cercanía o la propia presencia de agua en el resto del mapa natal.
La energía marciana se contrapone a la venusina. Deberá kármicamente trascender la acción que implica un planeta como marte en regencia, por una energía más pensada como es la de su opuesto, el aire.
El aire avivará ese fuego.
Le hace muy bien al signo de aries estar cerca de librianos, acuarianos o geminianos, y viceversa. Si saben además beneficiarse de esa relación. Ya que de por sí la energía de aire, atrae mucho al nativo, que reconoce inmediatamente todo aquello de lo que carece.
El equilibrio está en el punto intermedio entre un signo y su opuesto, no sin dejar de lado el crecimiento que implica transformar la energía de nuestro sol (nuestro signo) matizándola con las características del signo ascendente. Esto como ya hemos visto en varias oportunidades ocurre cerca de los treinta años y coincide además con la regeneración que trae la puesta en orden arbitraria del maestro saturno.
Deberán trabajar la impaciencia, la necesidad de dominio, la irritabilidad, la intolerancia, la inconstancia, la impertinencia. Dificilmente se sentirán de más donde jamás han sido invitados.
Deberíamos aprender de su confianza, sinceridad, optimismo, su espectacular dominio del yo, como conciencia de ser individual.
Recordemos que todos somos aries en algún sector de nuestro mapa natal, dividido en doce casas. Y la energía ariana se manifestará en los temas de la vida que dicha casa implique.
Es el primero de los signos, y el primero de los fuegos. Aries accionará casi por impulso. Leo buscará reinar, aunque reine por naturaleza, haciendo uso y abuso de ese brillo. Y sagitario lo transmitirá.
Sagitario ya aprendió que el fuego se consume. Reflexiona y mide la acción. Comprende también que ningún sentido tiene el alarde de poder leonino. El fuego de sagitario es y se manifiesta.

Los escucho.
La Astrología moderna, más que predecir el "destino" de los hombres o pronosticar los sucesos terrestres, se usa como una potente herramienta en el proceso individual de auto-conocimiento.

El mapa natal astrológico o carta astral es el gráfico a través del cual el cosmos nos permite entender sus energías y ritmos y particularmente como operan estas dentro de cada individuo.

Nos permite reconocernos, saber quienes somos, descubrir nuestros potenciales y talentos así como nuestras dificultades y defectos.

En una carta astral, todo es relevante e importante, todos los elementos que participan en él tienen su rol y su quehacer en el desarrollo de nuestra personalidad.